La aviación ha jugado un papel importante en “la siembra de nubes” con el objetivo de provocar precipitaciones en duros periodos de seguía.
La práctica de “siembra de nubes” con el objetivo de provocar precipitaciones tuvo sus inicios en 1946 cuando Vincent Schaefer (1906-1993) descubrió el principio de la siembra de nubes a partir de sus ideas y de las del Premio Nobel Irving Langmuir con el cual estaba asociado, las ideas sugerían provocar la presencia de lluvia a partir de cargar las nubes de agua muy fría. Se utilizaron muchas sustancias para lograr dichos objetivos siendo el “hielo seco” y el yoduro de plata los agentes más eficaces para el cambio de la química y física de las nubes sobre enfriadas, por tanto, útiles para aumentar las nevadas de invierno en las montañas y en determinadas condiciones, evitar rayos y granizo.
Estos métodos también sirvieron para provocar lluvias en nubes calientes en áreas de climas cálidos que en determinadas etapas provocaban periodos de sequía con las consiguientes afectaciones a la agricultura y a las fuentes hídricas.
Efectos de la sequía provocada por ausencia de precipitaciones
Sustancias que con las que se han obtenido los mejores resultados
La siembra de nubes es una técnica que busca inducir la precipitación al dispersar sustancias químicas, como yoduro de plata, sales o hielo seco (dióxido de carbono congelado), en las nubes. Estas sustancias actúan como núcleos de condensación alrededor de los cuales se forman gotas de agua que pueden crecer lo suficiente como para caer como lluvia o nieve. El proceso de siembra de nubes se lleva a cabo mediante aviones o dispositivos terrestres que dispersan estas sustancias en las nubes, generalmente cuando las condiciones atmosféricas son propicias para la formación de precipitación. De esta manera, se imita de manera artificial el proceso natural que da lugar a la lluvia.
Los cúmulos son nubes cargadas de una gran cantidad de vapor de agua, en ellas y sobre ellas se realiza la siembra de lluvia
Como señalamos, los aviones se han constituido en la herramienta principal más usada para lanzar en las nubes sustancias como el dióxido de carbono congelado (hielo seco) y yoduro de plata dentro de formaciones de nubes como son los cúmulos y cúmulos nimbos, pero lo que hay que tener en cuenta que tipo de avión usar y que este tenga las características adecuadas para poder operar dentro de una masa de aire inestable que de hecho introduce a las aeronaves en un entorno de aire turbulento.
Avión Cessna 210 con equipamiento para sembrar nubes
Otro de los métodos, es el disparo de cohetes cargado con esas sustancias hacia las formaciones nubosas en las áreas donde se desea provocar la lluvia, que el llegar a ella, estallan esparciendo yoduro de plata.
Aeronave para sembrar nubes, observen los cohetes que porta conteniendo sustancias como yoduro de plata
¿Beneficios o daños ambientales?
Esta práctica ha tenido promotores y detractores al vincularla con el daño al medio ambiente, pero según estudios realizados se ha concluido que el yoduro de plata puede causar incapacidad temporal o posibles daños residuales a los humanos y mamíferos, con una exposición intensa o continua, pero no daños crónicos. Sin embargo, ha habido varios estudios detallados ecológicos que mostraron un impacto insignificante en el ambiente y la salud.
La toxicidad de los compuestos de plata ha demostrado ser de bajo orden en algunos estudios. Se toma en consideración que una cantidad de yoduro de plata empieza a ser tóxica para el ser humano a partir de las 50 partes por millón, mientras, se señala que las siembras de nubes comprenden concentraciones máximas de 0,1 partes por millón. Estos hallazgos probablemente son resultado de las pequeñas cantidades de plata que genera la siembra de nubes, que son 100 veces menores que emisiones de la industria a la atmósfera en muchas partes del mundo, o la exposición individual en empastes dentales. No obstante, a los resultados de los estudios e investigaciones, en muchos países del mundo se han establecido regulaciones sobre esta actividad y en otros ha sido rechazada esta práctica. Muchas de estas medidas han sido cuestionadas por investigaciones evaluadas por expertos de la Asociación de Modificación del Clima.
Principales regiones donde se ha utilizado esta práctica y su impacto.
República Popular China
El mayor sistema de siembra de nubes en el mundo es el de la República Popular China, que considera que aumenta la cantidad de lluvia en varias regiones cada vez más áridas, incluida su capital, Pekín, mediante el disparo de cohetes con yoduro de plata hacia el cielo donde se desea la lluvia.
Estados Unidos
En Estados Unidos, la siembra de nubes se utiliza para aumentar las precipitaciones en zonas de sequía, para reducir el tamaño del granizo que se forma en las tormentas, y para reducir la cantidad de niebla en y alrededor de los aeropuertos. La siembra de nubes es a veces usada por los principales centros de esquí para inducir las nevadas.
Australia
La siembra en el área de la Meseta Central logró aumentos en las precipitaciones que normalmente alcanzan el 30 % en otoño. Los experimentos de Tasmania tuvieron tanto éxito que se han llevado a cabo periódicamente en zonas montañosas del Estado.
Argentina
En dos provincias de la Argentina se utiliza la siembra de nubes con yoduro de plata para evitar la caída de granizo. Se han realizado experimentos científicos tendientes a determinar la efectividad del sistema, los que han indicado que se produce una reducción del 25 % en la caída de granizo.
Venezuela
La siembra de nubes en Venezuela en el 2010 logró una recuperación de las siembras y reducción de incendios forestales. Esta acción se desarrolló a partir de una sequía intensa causada por el fenómeno El Niño que ocasionó incendios forestales, daño de las siembras de múltiples estados y otros perjuicios para la naturaleza y la vida del humano.
Teorías alejadas de la realidad
Con el tema relativo a la siembra de nubes con el objetivo de provocar lluvias para mitigar, fundamentalmente, los problemas de sequía, además de otros objetivos para lo cual se usa esta práctica, no se ha visto exenta de criterios en su contra a partir de especulaciones no investigadas que han generado más confusión que otra cosa, pero sin un argumento sólido.
Algunos han especulado que la siembre de lluvia ha sido también la causa de torrenciales lluvias que han provocado grandes inundaciones sucedidas en varios lugares, como en el caso de Dubái y Omán; donde previamente se habían sembrado nubes. Respecto a ello, varios informes citaron a meteorólogos del Centro Nacional de Meteorología diciendo que realizaron seis o siete vuelos para sembrar nubes antes de las lluvias. Sin embargo, los expertos explicaron que los vuelos no podrían haber provocado tanta lluvia en tan corto período de tiempo y agregaron que las desastrosas inundaciones en los EAU fueron pronosticadas mucho antes de que los vuelos sembradores de nubes surcasen los cielos. Las investigaciones han confirmado que las grandes inundaciones no han sido un efecto negativo de la siembra de nubes, sino un proceso cuyas causas descansan en el ya conocido cambio climático.
Otro tema que ha sido la atención de muchos en el mundo ha sido La teoría de la conspiración de las estelas químicas, conocida como Chemtrails (combinación de las palabras Chemicals y Contrails). Esta creencia, errónea o malintencionada, se basa en que las estelas de condensación (contrails: Condensación=Con y Trail=rastro) de larga duración que dejan en el cielo los aviones que vuelan a gran altura son en realidad “estelas químicas” que consisten en agentes químicos o biológicos, rociados con fines nefastos no revelados. Los creyentes en esta teoría de la conspiración dicen que mientras que las estelas de condensación normales se disipan relativamente rápido, las estelas de condensación que persisten deben contener sustancias adicionales.
Contrail generado por una aeronave en vuelo a grandes alturas. Esta se crea por la condensación de dióxido de carbono, vapor de agua y partículas de hollín.
Se ha hablado mucho de ello, hay informaciones que han resultado virales, pero las investigaciones llevadas a cabo por instituciones científicas que centran sus estudios en el cambio climático han presentado argumentos basados en estudios e investigaciones que echan por tierra esta teoría.
Argumentos sobre la siembra de nubes
Los defensores de la siembra de nubes argumentan que puede ser una herramienta útil para combatir la sequía y aumentar la disponibilidad de agua en regiones afectadas por el cambio climático. Afirman que la práctica puede proporcionar una fuente adicional de agua para la agricultura, la industria y el abastecimiento público. Sin embargo, los críticos sostienen que la siembra de nubes es costosa y potencialmente ineficaz, y que podría tener consecuencias imprevistas y negativas para el medioambiente. La realidad ha demostrado que la siembra de nubes ha traído resultados positivos en el combate a las sequías y el reabastecimiento de las fuentes hídricas, mientras que el daño ambiental que pueda causar está por definir y comprobar.
Jorge Osmani Moreno Pérez
Para la confección de este trabajo se han consultado las siguientes fuentes:
ABC News
Wikipedia
Carnegie Institution for Science
National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA)
NASA
Climatología IBE Aplicada, S.A. de C.V.